El plato de hoy está íntimamente asociado a una plaza de pueblo, una plaza de arena sin pavimento que valía tanto para jugar a bote -botero como a las carreras de chapas , grandes palmeras con dátiles y de fondo el nevado Almanzor, en el otro extremo , el pilón, con sus tres caños arrojando agua sin descanso. Inacabables tardes de juego, mientras jugábamos vigilábamos la posible llegada de «Maninas», malvado sobrenombre por el que conocíamos al siempre enfadado alguacil por tener un brazo más corto que el otro , estricto vigilante del orden establecido y que nos debía de ver como unos alborotadores peligrosos a pesar del palmo y medio de altura y el cuarto de arroba de peso que como carta de presentación teníamos la mayoría de nosotros.
Podría hablaros de las presas que allí hacíamos los días de lluvia y que al abrirlas desembocaba todo su caudal , sin remedio, en la casa de la señora Milagros con el consiguiente enfado y regañina posterior… o de las mil y una trastadas que hacíamos a cualquier animal que cayese en nuestras manos bien fuera perro, rana o pájaro y que hoy serían dignas de justa sanción , pero sobre todo destacaban los interminables partidos de fútbol que allí jugábamos. Las porterías , dos piedras o tres abrigos como postes y la imaginación como travesaño, » yo me pido Ufarte», «yo me pido Amancio «, «pues yo Rojo que soy del Bilbao» terciaba Trope. El dueño del balón elegía y tiraba los penaltis, al tercer corner penalti, trazábamos jugadas imposibles que se tramaban en la inagotable fábrica de sueños que es la infancia.
Filemón, el último de los quintos del 27, siempre nos observaba y animaba desde la puerta de su pescadería, allí donde en sus pilas blancas de mármol reposaba el pescado que dos veces por semana traía en su Dos Caballos gris desde Madrid.
El plato de hoy nace de ahí , de esos recuerdos , no tiene propietario, lo he comido muchas veces en casa, lo hacía mi abuela y también mi madre. Fácil, barato y rico. No se puede pedir más.
Tiempo de elaboración: una hora aproximadamente.
Nivel de dificultad: bajo, para zotes.
Ingredientes para 6 personas:
- 750 gramos de patatas.
- 500 gramos de sepia.
- 250 gramos de chirlas.
- 2 cebolletas.
- 2 dientes de ajo
- Caldo de pescado.
- Azafrán.
- Aceite, sal y pimienta.
Elaboración:
- Limpio y troceo la sepia. Pico finamente las cebolletas y el ajo.
- Pelo y troceo las patatas en dados.
- Rehogo las cebolletas y el ajo , añadiendo posteriormente la sepia mezclándolas bien y dejando que se hagan durante aproximadamente media hora a fuego bajo -medio. Salpimento.
- Añado entonces las patatas, subiendo la intensidad del fuego para rehogar las mismas con lo anterior.
- Cubro con el caldo de pescado, incorporando unas hebras de azafrán y el laurel.
- Dejo cocer durante 30 minutos a fuego medio.
- Cuando faltan unos minutos añado las chirlas y el perejil finamente picado.
- Servir y comer caliente.
Notas:
- Las fotos de Candeleda están bajadas de la red.
- El guiso, como todos, está más rico si se hace el día anterior.