Libros , revistas , cursos con prácticas, actualización en las técnicas quirúrgicas, todo vale en el continuo aprendizaje del médico. Las cada vez más exigentes demandas, propias y del paciente, así lo requieren. Quizá la parte más dura de esta formación sea la asistencia a los congresos…. aunque cueste creerlo.
Recientemente , con mis habituales Carlos y Homero, asistí a uno de ellos en Bilbao donde se debatían temas tan candentes como la validez de la plastia de Lamiere para el traicionero resalte rotacional interno , la necesidad o no del cierre capsular en el choque femoro-acetabular o el uso de aterocolágenos en las lesiones osteocondrales , asuntos éstos que nos tenían discutiendo hasta bien entrada la noche al tiempo que pasábamos de la exaltación de la amistad al desafío a la autoridad casi sin darnos cuenta. Más allá de las intensas sesiones científicas que nos privaron de ver la exposición de Francis Bacon en el Guggenhein, de ayudar a nuestros cocorobochindos residentes en sus presentaciones, de aguantar a algún zambullo presidente de mesa o de dormir menos de lo deseado por los ineludibles compromisos que se adquieren , esta cita me ha servido para descubrir una ciudad limpia, elegante y cómoda, ideal para vivir, plena de vida que nada tiene que ver con aquella capital oscura , llena de acerías y astilleros que fuera hace unos años.
Os podría comentar su alta gastronomía , la excelsa calidad de alguno de sus restaurantes como La Mina o Aizian o la incitación permanente a la gula encarnada en forma de pinchos (pintxos en euskara) en las calles Ledesma y Licenciado Poza, pero no lo haré para evitar que el lector piense que ello me pueda haber despistado de mis obligaciones profesionales.
La entrada de hoy es un pequeño homenaje a esta cocina vasca con un plato que , seguramente, todos hemos comido alguna vez , ampliamente extendido en nuestras cocinas y que tiene su origen en aquellos fogones. Para hacerla he seguido y adaptado la receta de Calamares en su tinta a la bilbaína que la Marquesa de Parabere reseña en su fantástico libro Enciclopedia culinaria. La cocina completa, ( Ed. Espasa Calpe, 1934) ejemplar que todo cocinero que se precie debe tener en sus vitrinas.
Tiempo de elaboración: 2 horas
Nivel de dificultad: Medio, pelín laborioso.
Ingredientes para 4 personas:
- 1 Kg de chipirones medianos.
- 3 cebolletas , 1 pimiento verde y 2 dientes de ajo.
- 1oo cc de salsa de tomate.
- 400 cc. de caldo de pescado o en su defecto de agua.
- Un vasito de vino blanco.
- Perejil
- Aceite, sal y pimienta.
- Un poquito de Armagnac o coñac.
Elaboración:
- Limpiar los chipirones tal como indica la Marquesa de Parabere. Primero tirar de los tentáculos con cuidado para retirar de golpe todos sus interiores, retirando con cuidado la bolsa negra que reservaremos en un recipiente con caldo caliente. Elimino la pluma que se aloja en su interior así como la uña y las tripas . La piel no hay que eliminarla nunca porque da mucho sabor . Separo las aletas.
- Corto y pico finamente las cebolletas , el pimiento y los ajos. Reservo.
- Troceo las aletas y tentáculos.Reservo
- Pogo a pochar en una sartén con dos cucharadas de aceite una de las cebolletas picadas, subo el fuego y añado los tentáculos y aletas , salteo todo junto durante unos quince minutos. Será el relleno de los chipirones .Reservo.
- Mientras voy haciendo la salsa: Pochar en otra cazuela con 2 cucharadas de aceite a fuego lento- medio las otras dos cebolletas, el pimiento verde y los ajos con una pizca de sal.
– Una vez cocinado durante unos 20 minutos, verter el vino blanco, reducir y añadir la salsa de tomate.
– Añadir el caldo y las tintas guardada dejando cocer durante 30 minutos aproximadamente.
– Triturar y mantener caliente. - Mientras se hace la salsa relleno los chipirones con ayuda de una cuchara pequeña, cerrándolos con un palillo.
- En una sartén con unas gotas de aceite los salteo a fuego fuerte y los glaseo con un chorrito de Armagnac para alcanzar el cielo.
- Incorporo los mismos con su jugo a la salsa para que hiervan durante 25/30 minutos. Retiro previamente los palillos.
- Emplato con una fina rebanada de pan tostado o con arroz blanco. Espolvoreo perejil muy picado.
Una delicia de receta….lo he acompañado de arroz. Mucho arte el tuyo Agustin.
Me gustaMe gusta
Gracias Pilar por tu amable comentario. Es cierto que la receta es de las de recordar. Saludos.
Me gustaMe gusta
Hoy me he animado a hacer la receta..si un año despues lo se; pero sigo leyendote.He usado calamares porque no habia chipirones ..espectacular de igual manera.Ni te imaginas lo que te lo agradece mi marido.Un beso
Me gustaMe gusta
Gracias , veo que poco a poco vas a reinar en la cocina casi de la misma manera que en casa.
Me gustaMe gusta
Haces q parezca fácil…pero ya me conoces…lo sigo intentando, Gracias!!
Me gustaMe gusta