Mitad por espíritu aventurero y mitad por circunstancias personales que no vienen al caso solicité destino en la escuela militar de montaña y operaciones especiales de Jaca para terminar mi servicio militar como alférez médico. Así, la Peña Oroel , la ciudadela, Candanchú , San Juan de la Peña o la acogedora catedral románica de San Pedro formaron parte de mi paisaje habitual de lo que serían seis divertidos meses.
Entre mis compañeros de milicias universitarias uno destacó de forma clara, el alférez Celso Irigoyen, prototipo del navarro de la Ribera. Tan cerril como noble y buen compañero, en ocasiones terco como las mulas de la compañía a la que estaba adscrito, tozudo que hasta los maños le daban por imposible, pero sobre todo una gran persona. Anduvo de tratos con una simpática dependiente de la famosa pastelería Echeto que debieron ser exitosos a juzgar por la bobalicona sonrisa y las bandejas de pasteles jaqueses con las que se presentaba cada jueves en nuestro piso de la Plaza de las Cortes Aragonesas.
Aunque la comida del cuartel era bastante buena, había un plato que desataba en él lo más parecido a una devastadora tormenta invernal, su boca se llenaba de juramentos sobre animales extraños, posiblemente mitológicos, como la perra voladora y los sapos de cría. El plato en cuestión eran los espárragos con mayonesa, que a su juicio eran totalmente insípidos y artificiales , «! no valen para nada!, ¡son de plástico ! » solía exclamar, mientras al resto de la tropa nos parecía una comida rica y sabrosa.
A mediados de abril , después de un permiso de fin de semana, se presentó en casa con cuatro docenas de espárragos cogidos ese mismo domingo , solo hizo un comentario que me he tomado la libertad de dulcificar por respeto a los lectores, » ahora vais a saber lo que son los espárragos » . Nos enseñó como pelarlos , como cocerlos y dejarlos en su punto óptimo, como mimarlos. Durante una semana los probamos de todas las formas imaginables, en crudo , con aceite y vinagre, con salsas variadas y es cierto que eran totalmente diferentes a lo probado hasta entonces, nos ganó para su causa.
Nuestra mili acabó en los Sanfermines de ese año, pero eso forma parte de otra historia….
Plato sencillo, fácil y rápido de realizar , de vistosa presentación, válido como plato principal o guarnición , de los que hay que tener siempre en mente. En nuestra casa es habitual durante su temporada y cada vez que los hago me acuerdo de Irigoyen y sus juramentos imposibles.
Nivel de dificultad: ninguno.
Tiempo de elaboración. 30 minutos.
Ingredientes para cuatro personas.
- Un manojo de espárragos, calcular 4/5 por persona.
- Sal, una cucharada.
- Azucar, media cucharada.
- Media cucharada de mantequilla . ( opcional )
- Salsa vinagreta: Aceite y vinagre en proporción 3:1.
- Un huevo duro.
- Perejil picado.
Elaboración:
- Limpio los espárragos desde la yema al pie con ayuda de un pelador.
- Corto la parte baja del mismo , aproximadamente 4 cm , intentando dejarlos a la misma altura
- Se ata el manojo con un cordel o una goma y se introduce de pie en una cazuela honda con agua, esta debe llegar un dedo por debajo de las yemas.Añadir las sal y el azúcar y la mantequilla si se quiere. Hervir de 12 a 14 minutos.
- Apagar el fuego y dar la vuelta al manojo de espárragos, sumergiendo las yemas durante 5 minutos en ese agua caliente.
- Escurrir y secarlos de forma cuidadosa.
- Hacer las salsa vinagreta , conseguir una buena emulsión y añadir la mitad del huevo finamente picado, el otro medio lo pico y reservo.Salpimentar al gusto.
- Presentar en un plato con un parte de la salsa vinagreta por encima , añadiendo el perejil picado y , en este caso , unos piñones que tenía a mano.
- Servir y que cada comensal rectifique la cantidad de salsa y huevo según sus gustos.
Notas
- La vinagreta se puede suavizar añadiendo un poco del caldo de cocer los espárragos, muy recomendable.
- En el mercado hay muy buenos espárragos de lata, pero no es lo mismo.
- Las vegas madrileñas también producen unos espárragos de aúpa.
- La opción de la mantequilla la leí en directoalpaladar.com, merece toda mi confianza.
Muchas gracias Agustín, las recetas con vivencias son más sabrosas. Acabo de aprender lo de dar la vuelta al paquete de espárragos, para que se hagan las yemas.
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Me alegro que sean de tu agrado .Un placer saber de ti. Gracias.
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Esta receta tiene para mí algo personal.
A los grandes cocineros se os reconoce porque dejáis traslucir pasión y disfrute en las recetas, mimáis el producto.
El relato a la altura de la receta.
Muchas gracias por todas estas generosas aportaciones.
Alfonso
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Gracias por tus palabras, animan a seguir con esta loca aventura en la que ando metido y de la que espero sigas siendo testigo directo. Un abrazo.
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