El pérfido e inquisidor espejo del cuarto de baño me recuerda con cierta frecuencia que mi cuerpo comienza a semejarse más al de un pilier que al del corredor de fondo que un día fui .
Eran los tiempos de Naranjito cuando formé parte del equipo de atletismo de La Laboral de Alcalá, daba igual que lloviera o hiciese frío, daba igual que hubiera viento o picase el sol, había que correr y punto. Las mismas zapatillas nos valían para correr , jugar al fútbol o al baloncesto, no sabíamos lo que eran las camisetas técnicas ni los suplementos proteicos más allá de las lentejas o garbanzos que cada uno devoraba en su casa y sorprendentemente con todas estas carencias conseguíamos hacer buenas marcas. Por aquella época Michael Jackson cantaba Billie King, apareció Mecano y España entraba en la OTAN , nosotros seguíamos entrenando ajenos a todo ello. Alba, Serrano , Pozo y yo éramos los miembros del equipo de fondo y medio fondo, camiseta morada y pantalón blanco, los cuatro delgados casi al punto de parecer famélicos, ganamos campeonatos locales , también regionales venciendo al todopoderoso Tajamar, nos dirigía aquel que marcaba el ritmo de trabajo con mano de hierro bajo guante de seda, José Mari Lasaosa. A él le escuché por primera vez aquello que reza » ni el esfuerzo ni el sacrificio se negocian , se ponen en práctica» , máxima que desde entonces tengo presente.
Mientras gobernaba Gorbachov y U2 arrasaba con With or without you, uno se hizo militar de caballería, otro funcionario de prisiones, también hubo quien se perdió en la noche y de mí bien sabéis cuál fue mi destino. Seguí corriendo hasta cuarto de carrera, luego las exigencias académicas y profesionales junto con un más que probable cambio de metabolismo fueron las causantes del progresivo cambio físico, quizá también tuvo algo que ver el gusto por la buena mesa, sobre todo si a la calidad se le añadía cantidad.
Esta semana Avelino puso ante mí un lomo de rape difícilmente resistible, sabedor de mi debilidad por este bicho, estaba destinado a esta receta tan fácil como rápida de hacer. Peligrosamente rica se recomienda comer con el pan los suficientemente alejado. Estáis avisados.
PD: A veces miro el perfil de mi delator espejo buscando algún atisbo de concavidad en él que sea la causante de la distorsión de mi figura…. No la hay.
Tiempo de elaboración : 45 minutos.
Nivel de dificultad : Se hace con la gorra.
Ingredientes para 4 personas
- 800 gramos de rape , mejor en forma de medallones sin hueso.
- Medio litro de caldo de pescado hecho con los huesos del rape.
- Cuarto y mitad de almejas.( opcional)
- 100 cc. de vino blanco.
- 50 cc. de coñac, cuanto mejor sea más bueno saldrá.
- 60 gramos de pan duro troceado.
- 2/3 dientes de ajo fileteado.
- 100 gramos de almendras fileteadas.
- Un puñado de piñones. (opcional)
- Sal, perejil, pimienta y aceite.
Elaboración:
- Salpimento los medallones de rape , los paso ligeramente por harina y los frío en aceite de oliva. Reservo.
- Pongo los ajos fileteados en un poco de aceite a fuego bajo.
- Cuando comiencen a dorarse añado el pan , las almendras y los piñones , dejándolos hacer hasta se tuestan ligeramente.
- Echo el vino y el coñac, aumento la intensidad del fuego y dejo que se evapore el alcohol de. Añado 300 cc. de caldo de pescado caliente y pongo a hervir durante 10 minutos.
- Una vez pasado ese tiempo , retiro algunas almendras y piñones, el resto del caldos se pasa por la batidora. Si la salsa queda muy espesa se añade más caldo de pescado hasta conseguir la textura deseada. Se guarda.
- Se colocan los medallones de rape en el fondo de la marmita , añado las almejas y el perejil picado y cubro con la salsa , moviendo la misma a fuego medio durante 5 minutos hasta que se liga bien el aderezo.
- Dejo reposar unos minutos y añado las almendras y los piñones que guardé anteriormente
- Emplato y devoro manteniendo lejos la hogaza de pan.
Este fin de semana lo preparé y he de decir que incluso dejándolo hecho por la mañana estaba fantástico a mediodía.Lo acompañamos de un Ribeiro y cayeron 2 barras de pan en el mojeque!. Un éxito
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Me alegro Mamen, es cierto que se puede dejar hecho y comer más tarde . Es un plato que sorprende. Un beso.
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