Hace más de una década formé parte de una expedición náutica para conmemorar el IV centenario de El Quijote. Para tal efecto la universidad Camilo José Cela planificó un viaje que emulaba al realizado por Miguel de Cervantes como soldado en los barcos de la Liga Santa en la batalla de Lepanto. Sin imaginarlo al principio, resultó un viaje inolvidable, quizá el viaje de nuestras vidas.
Durante tres semanas surcamos todo el Mediterráneo hasta llegar a Patras , Poseidón se apiadó de todos los lobeznos de mar que íbamos en la goleta brindándonos días de mar sin enojo. Conocimos ciudades desde una óptica diferente, nos sorprendieron la entrada de noche al puerto de Alicante con el castillo de Santa Bárbara observándonos o la vista de Nápoles y su bahía con el Vesubio dominante, vimos fondos marinos de colores difíciles de definir en el estrecho de Bonifacio, fuimos recibidos en palacios como La Almudaina en Palma de Mallorca o el de los Caballeros de la Orden de Malta en Roma , también hubo recepciones en embajadas, la de España ante la Santa Sede en Roma y sus esculturas de Bernini quedará siempre en nuestra memoria.
Bauprés , cangrejas , amuras o botavara se transformaron en términos cotidianos en nuestro lenguaje, navegamos con delfines , asistimos a amaneceres y atardeceres no imaginables , fuimos testigos ojipláticos de las fumarolas nocturnas del Strómboli, algunos creyeron oír cantos de sirena en el estrecho de Messina por lo que tuvieron que ser atados al trinquete , entendimos Ítaca como parte de un camino después de vencer a los lestrigones y cíclopes que venían en nuestro petate.
Como anécdota comentar que la tripulación eran en su mayoría marineras suecas con la bella Beatrice al mando, «¡¡¡donne de la Svedezia, il paraíso!!!» que exclamó el dueño de la corbatería de Campo de Fiori donde entré , pero eso forma parte de otra historia, una que que jamás será contada.
No puedo dejar de presentar hoy un plato de origen marinero , guiso tradicional en nuestros pesqueros , hecho con alimentos fácilmente accesibles y con un resultado francamente espectacular.
Aprovechando la costera del bonito me dejé caer por el puesto de Avelino a sabiendas que algo bueno podría conseguir , el resultado fue el cogote de un gran ejemplar , ideal para este guiso que a continuación os presento y que todos hemos probado alguna vez.
Tiempo de elaboración : 60 minutos.
Nivel de dificultad : para tolilis.
Ingredientes para seis personas
- Un kilo de patatas .
- Un kilo de bonito.
- Un pimiento verde.
- Una cebolla.
- Dos dientes de ajo.
- Dos tomates maduros.
- Dos o tres pimientos choriceros.
- Caldo de pescado.
- Aceite ,sal , pimienta y dos hojas de laurel.
Elaboración:
- Lamino los ajos y pico finamente el pimiento y la cebolla.
- Pelo, lavo y chasco las patatas.
- Pongo los pimientos choriceros en agua.
- Rallo los tomates.
- En una marmita pongo tres cucharadas de aceite añadiendo el ajo, la cebolla y el pimiento para que se rehoguen a fuego lento.
- Mientas salteo los rozos de bonito. Reservo.
- Cuando ya esté pochada la verdura añado el tomate, dejando que se haga hasta que se evapora su propia agua momento en el que incorporo la carne de los pimientos choriceros haciéndose todo junto durante un par de minutos.
- Echo las patatas sobre lo anterior y las rehogo durante cuatro minutos subiendo la intensidad del fuego. Salpimento y añado el laurel.
- Añado el caldo de pescado hasta cubrir ligeramente las patatas.
- Hervir durante veinte minutos , añadir el bonito y cocer finalemente otros cinco minutos.
- Comer caliente al día siguiente, está más rico.
Notas:
- El caldo de pescado lo hice con los huesos y recortes del propio bonito.
- En este caso incorporé al sofrito inicial una cayena, resultó todo un acierto.
Lo de las marineras suecas (supongo ligeras de ropa) me ha puesto al borde del ictus.
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La receta GPC, la receta.No iban ligeras de nada , espero que así te repongas.
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