Y otra vez la burra al trigo y otra vez que toca viajar para seguir teniendo un nivel de formación acorde a las exigencias del guión y la población, de nuevo maleta para dos días y muchos kilómetros por delante, en esta ocasión acompañado por la intensa y deseada lluvia que tanta falta hace para quitar el triste color y aspecto de nuestros campos , árboles y embalses. El temario, irresistible, patología deportiva de la rodilla con los mejores especialistas , lesiones condrales, ortobiología y matrices biológicas , el futuro de la terapia celular, las inestabilidades ligamentosas , temas que claramente resultan apasionantes y a los que no podía faltar más allá de que se celebrase en Gijón , tierra por la que uno sufre una debilidad manifiesta.
Es cierto que no todo es ciencia , que tanto conocimiento y saber tendrían una difícil digestión si no fuese acompañado de tiempo libre , que si bien no fue en exceso sí fue lo suficiente como para permitirme pasear por el amplio y limpio paseo de la playa de San Lorenzo, subir por Tránsito de las Ballenas hasta el cerro de Santa Catalina y perderme por las calles aledañas a la Plaza del Instituto y entender, a la vista de lo que se aprecia en los escaparates, el porqué de la natural elegancia de la gente del norte. El Elogio del horizonte en dicho cerro , la casa Paquet o el Palacio de Revillagigedo, entre otros lugares, no hicieron sino confirmarme que la elección del lugar fue un acierto.
Tuve ,además , la suerte de contar con la ayuda de un viejo amigo que me llevó a conocer la variedad y la riqueza de la gastronomía asturiana , desde la cocina tradicional de las sidrerías hasta la excelencia en el restaurante Auga , previo paso obligado por la tienda -bar Coalla Gourmet , paraíso de los sentidos. Las discusiones científicas y sus conclusiones acababan en el Varsovia, lugar de referencia para tomar un refresco sabiamente perfumado , ver el Cantábrico y superar la melancolía que supone estar alejado de casa por tan noble fin.
La vuelta a casa por los otoñales paisajes asturianos me recordó que tenía que hacer un plato acorde con la estación en la que estamos , el de hoy conjuga perfectamente con ello , frutos otoñales , unos propios y otros comprados para conseguir un guiso tan completo como sorprendente. Está tomado tal cual de un buen blog de cocina «revelandosabores.blogspot.com.es»
Tiempo de elaboración: entre hora y media y dos horas
Nivel de dificultad: pelín laboriosos , no tanto por la dificultad como por la cantidad de cosas que hay que hacer. No es adecuada para zánganos.
Ingredientes para seis personas :
- Un conejo troceado.
- 400 gramos de setas , en mi caso rebozuelos y unos shitakes de roble que tenía.
- 1 membrillo grande.
- 1/2 cebolla.
- 6 castañas.
- 250 ml de vino blanco.
- 1 diente de ajo.
- 1/2 cebolla.
- 60 gramos de mantequilla , por una vez y sin que sirva de precedente.
- 30 gramos de azúcar
- Tomillo y romero
- Sal , pimienta y aceite
Elaboración:
- Limpio los membrillos de su pelusa , sin pelarlos los corto en octavos , los dispongo en una cacerola para que cuezan a fuego medio-suave durante 45 ´, pasado ese tiempo los dejo escurrir y reservo.
- Doy un corte a las castañas y la meto en un cazo y que hiervan durante 25 minutos , escurro y reservo.
- Limpio con un cepillo y un trapo humedecido las setas, troceo y reservo.
- Pongo 3 / 4 cucharadas de aceite en la marmita u olla de guisar y añado un ajo laminado , cuando comience a dorarse retiro los mismos.
- Salpimento y enharino tenuemente los trozos de conejo , subo la intensidad del fuego y en el aceite previo y doro los mismos. Reservo.
- Corrijo la cantidad de aceite y añado la setas , salteo las mismas durante un par de minutos, saco y reservo.
- Añado el vino blanco a la cazuela y desglaso para recuperar todos los jugos y sabores que hayan quedado en la misma.
- Una vez evaporado el alcohol añado la cebolla cortada en juliana y rehogo durante dos o tres minutos a fuego lento.
- Incorporo el conejo a la cazuela , mezclo con la cebolla durante un par de minutos más. Añado agua hasta cubrirlo completamente. echo un poco de tomillo y romero dejando hervir durante 45 minutos.
- Limpio y pelo los membrillos y las castañas.
- En una sartén pongo la mitad de la mantequilla, dejo que se deshaga y salteo las castañas hasta dorarse incorporando la mitad del azúcar , removiendo hasta que se caramelicen . Saco y reservo
- Hago la misma operación con los membrillos.Reservo.
- 10 minutos antes de terminar la cocción incorporo las setas, las castañas y los membrillos caramelizadas.
- Preparo una buena hogaza de pan , me temo que vamos a pringar de lo lindo a tenor del olor que se desprende
- Emplato y disfruto .
Notas:
- El próximo día echaré un poco más de agua .
- El juez que tengo en casa definió el plato con una palabra : » Homérico » (tomado de Michelin Flynt en El hombre tranquilo )
Buenas tardes
¡Qué bonita que es Asturias!Buen lugar para lo que sea. Y qué pintaza tiene ese platillo que has elaborado. En casa no somos de comer conejo pero reconozco que las veces que lo he comido es delicioso. Esa carne tan blanca y suave. Tendré que empezar a trabajarlo más a menudo.
Un beso homérico, como dice tu juez.
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Gracias Fe , tus palabras sobre Asturias son ciertas. Te recomiendo que te animes a hacer este plato , es muy sabroso y el conejo adquiere un sabor increible. Un beso
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